Victoria Díez   desde Hornachuelos
 

Retazo Biográfico

 

Victoria Díez y Bustos de Molina, nació en Sevilla, (España) el día 11 de Noviembre del 1903.

Mujer íntegra y cabal, de carácter alegre, total disponibilidad, inmensa generosidad, un gran talento artístico y una profunda fe.

Cursó sus estudios de Pintura en la Escuela de Artes y Oficios y Bellas Artes de Sevilla. En 1923 terminó la carrera de Magisterio. Desarrolló su labor educativa como profesora de Primaria en las escuelas de Cheles (Badajoz) durante un año y en Hornachuelos (Córdoba), durante ocho.

Con su docencia llevó adelante una gran actividad en el campo social, cívico y pastoral. 

Se comprometió en favor de la promoción humana y de la transformación que piden los valores evangélicos, con atención preferente a la promoción de la mujer y de los más desfavorecidos. 

Fue incansable, para ella, los obstáculos eran estímulos. Tenía muy claro, el dar la vida cada día a favor de los demás, casi sin que se notase.

Es en Hornachuelos, donde estos ecos de Victoria, Doña Victoria, como le siguen llamando todos, resuenan día a día con sentido de eternidad.  La recuerdan como una mujer sencilla, menudita, y simpática, que supo colaborar con todos.

Victoria, respondió a la forma de compromiso cristiano con  el Evangelio, intuida por San Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana:"Asociación internacional de fieles que realizan su misión evangelizadora en los diversos campos de la educación y la cultura y que fue fundada en 1911 en Covadonga (Asturias – España)". Haciéndose miembro de la misma en 1926.

 Siendo fiel hasta el final, tuvo el coraje de dar su vida por la fe en una madrugada de “luna llena” del 12 de Agosto de 1936 en La Mina del Rincón Alto de Hornachuelos (Córdoba) España.

Es Hornachuelos, el que tiene la gloria y la corona de ser y haber sido el protagonista mayor donde se desarrolla esta historia inolvidable. Aunque por su sencillez, ”un modelo de santidad de andar por casa”, como D. José Antonio Infante Florido (Obispo de Córdoba) le decía al Papa Juan Pablo II, se abre camino, sorprendentemente por todo el mundo, superando las fronteras españolas en: Brasil, Filipinas, Japón, India, Venezuela, Bolivia, Méjico, Perú, Chicago, Uruguay, Chile, Congo, Perú, Francia, Italia, Portugal etc.… donde la consideran amiga y compañera, teniendo mucho que ver en el corazón de cada vida que la conoce.

Por su compromiso de vida, hasta la muerte, la Iglesia nos la presentó al mundo como guía para el camino, el día de su Beatificación en Roma, 10 de Octubre de 1993.

Su cuerpo descansa en la cripta que la Institución Teresiana tiene en su Sede de la Plaza de la Concha nº 1 Córdoba (España).

Esta mujer que con su juventud, se comprometió con el Evangelio, a la manera que Pedro Poveda deseó al fundar la Institución Teresiana, formando parte de la misma, es el primer fruto que la Iglesia reconoce, de esta vocación que tuvo su origen en Covadonga, en el año anteriormente citado.