Victoria Díez   desde Hornachuelos
 

Escuela de Victoria

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Aplica los principios de la Escuela nueva pintando unos mapas en el zócalo de la Escuela para facilitar el aprendizaje de sus alumnas. 

Estimula siempre a sus alumnas. 



 Victoria corregía simpre los trabajos de sus alumnas y las  animaba en la pedagogía del estímulo,como se ve en estos cuadernos de sus alumnas

Así la ven y la vieron los vecinos de Hornachuelos:

Su vida fue:

  “Una entrega constante a la escuela. Victoria era maestra de cuerpo entero: enseñó y trabajó las inteligencias, consiguió destruir la ignorancia, puso para conseguirlo todo su arte y maestría que eran bastantes; para la escuela consiguió la dignificación y estima. Se esforzó en levantarla y hacerla más digna, más atractiva, para que fuera el blanco y centro de los vecinos del pueblo… fue madre de aquellas jóvenes, la confidente de muchas madres, el estímulo de sus compañeros de profesión. Tenía vocación, arte, entusiasmo, amor y conciencia, una inteligencia clara y una voluntad emprendedora; fue maestra ideal, una maestra de cuerpo entero”.


 

Victoria, en su despacho, junto a una Virgen tenía una copia de una oración de Gabriela Mistral  muy acorde con su sensibilidad artística:

“Para encender lámparas has de llevar fuego en el corazón.

Acuérdate de que tu oficio no es una mercancía, sino un servicio.

  Piensa que Dios te ha puesto a “crear” el mundo de mañana”